La experiencia del cliente (CX) es la suma de todas las interacciones que una persona ha tenido con una marca, desde el conocimiento inicial de un producto o servicio hasta su adquisición, el soporte continuo y mucho más. Abarca factores funcionales como la facilidad de uso y la uniformidad, así como factores emocionales como la confianza y la satisfacción. Una estrategia de CX sólida mantiene a todos los departamentos alineados, desde marketing hasta soporte, y garantiza que cada punto de contacto sea siempre positivo y satisfaga las necesidades del cliente. Una buena experiencia del cliente (CX) genera lealtad, hace que se recomiende la marca y se destaca como una ventaja competitiva. Las organizaciones mejoran la CX continuamente mediante la recopilación de comentarios, el monitoreo de métricas como el Net Promoter Score (NPS) y la utilización de datos para personalizar cada interacción.