La inteligencia artificial (IA) implica el desarrollo de sistemas informáticos capaces de realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana. Esto incluye comprender el lenguaje, reconocer patrones, tomar decisiones e incluso aprender de experiencias anteriores. En el ámbito de la experiencia del cliente, la IA se utiliza en los chatbots, voicebots y plataformas de análisis para atender las consultas de rutina, identificar los posibles problemas y ofrecer insights predictivos. Gracias a la innovación continua, las soluciones de IA ahora son más intuitivas, motivo por el cual automatizan procesos rutinarios y posibilitan interacciones más personalizadas. Si bien la IA tiene un gran potencial, las empresas deben abordar las cuestiones éticas, cumplir con las reglamentaciones correspondientes sobre la privacidad de datos y definir medidas de transparencia. Cuando se implementa de manera responsable, la IA transforma la atención que las organizaciones les brindan a sus clientes y, por ende, aumentan la eficiencia y la satisfacción.
