Cuando la única certeza es el cambio, adaptarse es la clave

La cita atribuida a Charles Darwin, creador de la Teoría de la Evolución, es muy interesante: “No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que más responde a los cambios”. Pero si los seres humanos son reacios al cambio, en consecuencia, las empresas también lo son.  Sopesamos el riesgo, el beneficio, la responsabilidad, lo que otros pensarán de nosotros, y encontramos muchas justificaciones consistentes para no cambiar 1 mm las cosas que hacemos. Pero este año las cosas fueron diferentes.

En este año 2020, la palabra adaptación tiene un significado muy fuerte. Tuvimos un maestro extremadamente estricto llamado COVID-19, que trajo desafíos a la humanidad y a las organizaciones que nunca tuvieron que enfrentar. En cuestión de días, todo lo que funcionaba dejó de funcionar. Todo lo que dábamos por sentado ya no era tan seguro. Y muchas decisiones que estuvieron meses sobre la mesa sin ser tomadas, tuvieron que tomarse de inmediato. ¿Adaptación? ¿Supervivencia? ¿O en el fondo eran cosas realmente similares, como ya nos mostró Darwin?

A pesar de todos los aspectos negativos, me conmueve la cantidad de cosas hermosas que hemos podido ver en medio de esta crisis. La crisis muchas veces nos pone en la peor situación, para que, plenamente expuestos, podamos extraer lo mejor que se escondía en nosotros. Valor, colaboración, esperanza.

No pocas veces, junto con muchas historias de superación personal, varias empresas han repensado su negocio, entendiendo que necesitan flexibilidad, escalabilidad, supervivencia y poder de reacción, pero que las personas son el centro de todo. Son los que compran, son los que venden, son los que comunican y se acercan en los mejores y peores momentos.

Aquellos que se adapten saldrán mejor y más fuertes de esta crisis. Para ello, es importante permitirse cuestionarse de forma sana y productiva sobre la forma en que se hacían las cosas hasta entonces, entender qué tiene sentido para los clientes, para los empleados, para permitir la exploración y aplicación de nuevas ideas de forma ágil y sin castigo, corrigiendo el rumbo, pero nunca pensando que algo que funciona o funcionó hasta el día de hoy seguirá funcionando indefinidamente. El cambio es la única certeza, y las empresas que cambien y dominen esta dinámica de construcción creativa y no reactiva establecerán nuevos referentes y liderazgo en los mercados.

¡Y cuántos instrumentos tenemos para ayudarnos en este camino! La tecnología en la nube nos permite estar conectados y receptivos en cualquier lugar, la digitalización de la experiencia nos permite comercializar productos y servicios de forma natural y constante, la automatización nos ayuda a resolver problemas en tiempo real aunque no haya una persona para ayudarnos o porque simplemente preferimos no comunicarnos con una persona en ese momento, la capacidad de las soluciones de inteligencia artificial combinadas con el conocimiento y el toque humano puede identificar nuevas correlaciones y tendencias, elevando los resultados de negocio de una manera nunca antes vista al mejorar esta colaboración. Todas estas posibilidades ya estaban disponibles antes de COVID-19, permitiendo a las empresas reaccionar de manera más dinámica ahora y en el futuro, solo que el COVID-19 las colocó en evidencia, demostrando que, en este caso, ya teníamos buenos remedios para diversos desafíos.

Regístrese aquí al GSummit Virtual LATAM 2020 donde veremos juntos el poder de la adaptación, hermosas historias humanas y de empresas que no sucumbieron ante la adversidad, quienes se atrevieron a cambiar, quienes se adaptaron y quienes compartirán lecciones preciosas sobre el presente y para el futuro.

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